El 2 de junio del 2000, un camión de la empresa RANSA, contratado por la minera de oro Yanacocha derramó 151 kilogramos de mercurio elemental a lo largo de 40 kilómetros de la carretera que cruza Choropampa y dos poblados vecinos. Los pobladores no fueron advertidos que el mercurio era tóxico. Asumiendo que era azogue, usado en medicina tradicional, ellos recolectaron el mercurio empleando pequeños frascos, manos, escobas y hasta utensilios de cocina. Los niños estaban especialmente fascinados por las destellantes bolitas del líquido plateado que brillaban en la carretera bajo el sol. Jugaron con él, lo llevaron a sus casas y lo perdieron entre sus pisos de tierra, ropas y camas, patios y el colegio local. Cerca de mil personas fueron intoxicadas y sufren aún los graves y debilitantes efectos de la intoxicación.
El mercurio elemental, o mercurio metálico, se evapora rápidamente en climas cálidos como el de Choropampa. Gregory Camacho, un higienista industrial del Hospital de la Universidad de Columbia en Nueva York se especializa en la limpieza de derrames de mercurio. “El mercurio es muy difícil de limpiar en pisos normales,” dice Camacho en el documental, “porque se introduce en cualquier grieta que pueda encontrar... En un piso o superficie de tierra, definitivamente se sumergirá.”
Camacho explica que incluso después que todo el mercurio líquido visible ha sido limpiado, los vapores de mercurio pueden permanecer en el aire, condensándose y evaporándose con las subidas y bajadas de la temperatura. El mercurio elemental es mucho más tóxico para las personas cuando está en su forma de vapor. La organización Mundial de la Salud dice que cuando el mercurio elemental es inhalado aproximadamente el 80 por ciento del mercurio permanece en el cuerpo donde puede dañar los pulmones, riñones y el sistema nervioso central. La exposición crónica puede causar defectos congénitos y abortos espontáneos.
Síntomas de la intoxicación por mercurio incluyen ronchas en la piel, nauseas, dolores musculares y en los riñones, dificultad para respirar y pérdida de la conciencia. El mercurio elemental puede transformarse en mercurio orgánico o mercurio metílico a través del contacto con la materia orgánica en el medio ambiente. El mercurio orgánico es extremadamente tóxico a los humanos porque puede acumularse y entrar en la cadena alimenticia. Un informe del Banco Mundial sobre el derrame de mercurio en Choropampa afirma que “se anticipa que una cierta proporción del mercurio que permanece en el medio ambiente, bien en el suelo o transportado a las vías acuáticas cercanas, se transforme en metil - mercurio orgánico.” La exposición crónica puede causar desórdenes neurológicos, malformaciones congénitas y aborto espontáneos.
Pero el caso Choropampa muestra cómo una minera totalmente irresponsable puede destruir redes sociales, adulterar sus versiones de los hechos varias veces, tapar las negligencias de sus operaciones, llegar hasta las más altas y oscuras esferas del poder para negociar juicios con el gobierno de turno, extorsionar a su alcalde y a la población mediante “la suposición de falta de documentos” y dejar que todo una comunidad se muera por intoxicación.
Al final de todo el proceso que se le siguió a la empresa minera, ésta fue sancionada con una no tan generosa multa por parte del ministerio de Energía y Minas, se comprometió a asumir por cuenta propia con todos los gastos médicos de los cientos de hospitalizados a consecuencia de este trágico suceso. Además de eso, en coordinación con el Ministerio de Salud y la Dirección General de Salud Ambiental, se levantó dos kilómetros de asfalto y los pisos de muchas casas para llevarse el mercurio en bolsas selladas a un depósito más seguro.
Al fin de todo, este caso quedará en el recuerdo de muchos peruanos, algunos lo recordaron un poco, otros desearán no recordarlo, pero a otros tantos no les quitará si quiera el sueño, total es como ellos dicen: “sólo una pequeña (pero negra) mancha en su trayectoria empresarial”.
NORMAS INFRINGIDAS POR LA EMPRESA:
Cabe recordar que el derecho a un medio ambiente sano y equilibrado es un derecho fundamental de todo ser humano. No olvidemos que la Constitución Política del Perú de 1993 en su artículo 2, establece que toda persona tiene derecho a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado para el desarrollo de su vida. En tal sentido, el Estado debe determinar la política nacional del ambiente y promover el uso sostenible de sus recursos naturales, al igual que está obligado a promover la conservación de la diversidad biológica y de las áreas naturales protegidas, incluso debe promover el desarrollo sostenible mediante una legislación adecuada.
La actividad minera en Yanacocha genera muchas oportunidades de trabajo, pero también ha generado algunos problemas por daños al medio ambiente. Algunos informes también hablan de problemas en la seguridad de la ciudadanía, ya que con la presencia de la empresa minera se ha propiciado un incremento de la población urbana de aproximadamente 40,000 personas, se ha quintuplicado el parque automotor que actualmente viene produciendo una gran congestión y contaminación en la ciudad por los efectos de los gases de los vehículos, se han abierto muchos negocios como restaurantes, hoteles, casas de juego, discotecas, night clubs, asimismo, se ha incrementado la prostitución y delincuencia.
No podemos desacreditar que la presencia de la empresa minera a la larga ha generado fuentes de trabajo y la inversión de grandes capitales lo cual ha desembocado en beneficio de toda la comunidad.
En conclusión me permito señalar que la explotación minera en el Perú, si bien contribuye en forma importante a la formación del PBI y a la generación de empleo, también genera serios impactos socio-económicos y ambientales en las diferentes zonas del país que merecen ser atendidos por nuestras autoridades.
Este hecho nos obliga a reflexionar acerca de lo que sucede en materia de daños al medio ambiente, pues en este caso se produjeron daños al medio ambiente, daños a las personas y daños a sus bienes.
Tristemente la contaminación por minas da como resultado el drenaje ácido de mina, contaminación por metales pesados, erosión y sedimentación y contaminación por procesos químicos; una muestra de lo que acecha diariamente a aquellas comunidades que están en contacto con mineras irresponsables.
Lo único que podemos exigir es un movimiento que apoye la involucración directa de las empresas mineras con el desarrollo económico y social de las comunidades aledañas, es decir que si se consigue una explotación minera de manera responsable y concientizada, apoyada de seguimiento oportuno del Estado, sin duda evitaremos la degradación de nuestros recursos.
Recordemos que sólo tenemos un planeta, una vida y una oportunidad para hacerlo, sino es ahora desgraciadamente no lo será nunca.